Desde hace unas semanas, el ex postulante a jefe comunal de Tapalqué y actual subsecretario de la Secretaría Legal y Administrativa del Ministerio de Economía de la Nación, Alejandro Speroni, es el encargado de La Libertad Avanza en la séptima sección electoral. En las últimas horas, Speroni le envió un mensaje al ex presidente y flamante titular del PRO, Mauricio Macri.
En el escrito, señaló: “El gobierno de LLA sabrá valorar y apreciar en su justa medida el apoyo institucional del partido fundado por el expresidente Macri, y ratificado recién por él mismo, a título personal. Pero, penosamente, y a la luz de los resultados concretos, resulta por el momento ineficaz: no alcanza, señor…”.
Y agregó: “Se necesita mayor vehemencia y compromiso en todos los ámbitos, tribunas y jurisdicciones; se requieren más respaldos sinceros, carentes de cálculo y de toda especulación partidista”.
“Y es que el proyecto de Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, inspirado en los nobles principios y postulados emancipatorios pregonados con audacia y lucidez, ante auditorios calificados del mundo entero, por el presidente Javier Milei, implica introducir nuevas reglas en el orden económico y jurídico de la Nación con alcance verdaderamente refundacional.
No se trata de meras reformas cosméticas, livianas y objeto de retóricas reclamaciones o propuestas tibias por parte de quienes conducen hoy los destinos del país”, enfatizó Speroni.
Continuando con sus palabras, sostuvo: “Muy por el contrario, constituye un imperativo de dignidad sin fisuras y de firme confrontación contra los estamentos beneficiarios de privilegios inicuos más enquistados y amparados en las condiciones de atraso y oscurantismo que padecimos los argentinos, durante demasiadas décadas hasta el dichoso 10 de diciembre de 2023; fecha reciente aunque de inequívoco fasto patriótico”.
Para cerrar, señaló: “Y en un mismo sentido lo es también -y no debe soslayarse, aunque se tienda a darlo ya como hecho natural- el cumplimiento concreto del mandato parcialmente alcanzado, con brevedad alucinante, de bajar la inflación, ordenar la economía y asegurar el equilibrio presupuestario; ejecutado a velocidad meteórica y asombrosa (insisto, porque el asunto lo justifica), precisamente por comprender muy bien que el tiempo que tenemos para hacerlo no es infinito…”